Tuesday, December 19, 2017

Trieste, la mula, la bora y un nero

MAURIZIO BAGATIN

Muchos cafés, hay que saber cómo pedir un Nero, un Capo, un Deca; en los cafés de Trieste toda la Mitteleuropa fue psicoanalizada por aquel café… y luego acordarse siempre de aquella mujer, la de Saba, de Dora Markus, de la Mula de Trieste, aquel híbrido temperamental de la mujer triestina, fruto de encuentros clandestinos, invasores o de paso, como si desde una ventana del castillo de Duino un poeta observara… como si desde uno de estos cafés surgiera el Danubio, una cierta senilidad y un escritor imaginario - uno de estos que nunca han escrito su libro - cuide los libros de los demás, otro nos enseñe inglés mientras el viento, la borah atormentando el mar con su violencia y furor nos transporte… el viento es lo más original que tenemos - decía el pintor Carlo Wostry - en este confín imaginario de gens romana Julia…más allá Tártaros, Bizancio, el Oriente.             

Ciudad elegante, vieja, aristocrática de scontrosa grazia, por ti el Poeta y en ti tu divertida toponomástica, ayer buscando una calle, Via molino a vapore encontré Via del molino a vento, será el dominio del personaje más ilustre, otra vez la bora (imborezá en dialecto tergesteo indica un sujeto con agitación simpática, un loco alegre…), unos amables ancianos me invitaron un trocito de torta que recién habían extraído del horno, y empezamos a reírnos de los dialectos, del furlán que nadie comprende, del bisiacco que lo hablan solo ellos, del venezian que el zé, de los bizarros personajes que habitan esta ciudad, a veces populosa y a veces desierta, a reírnos del anonimato de sus calles y de cuando era hasbúrgica y casi eslava, y de la romana ciudad mercado Tergeste, y el trocito de torta aportó una cierta euforia, me miré alrededor y en la mesa había aun la cartulina con la cannabis que fue el relleno del pastel; seguimos riéndonos, yo aún estupefacto… en esta ciudad aun dominada por mitos omnipresentes, por escritores fantasmas, por la mula extrovertida que me miró fijo en los ojos porque no supe pedir un café al bar… y ellos, ancianos alegres que mañana esperaran la muerte como escribió el poeta: “I veci che 'speta la morte./ I la 'speta sentai su le porte/ de le cesete svode d'i paesi;/ davanti, sui mureti/ co' fra i labri la pipa./ E par ch'i vardi el fumo,/ par ch'i fissi el ziel bianco inuvolado/ col sol che va e che vien,/ ch'i vardi in giro le campagne e, soto,/ i copi e le stradete del paese” (Virgilio Giotti).
Diciembre 2017

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Foto: Antiguo Trieste

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