Monday, October 18, 2010

Los escribidores del Comandante


Víctor M. Ortega

Con frecuencia suelo leer el trabajo de varios talentosos articulistas venezolanos quienes parecen tener como el objetivo principal de sus circunloquios, defender al gobierno revolucionario contra los “ataques” inmisericordes de otros articulistas que se le oponen, ataques escritos en los diferentes medios de comunicación impresos o digitalizados del país, y del extranjero, que son cientos. Lo interesante de estos artículos es que para contrarrestar ese aluvión de críticas la gran mayoría no se basan en lo que el gobierno bolivariano pudo haber hecho durante su permanencia en el poder. No se basan en lo que pudieran ser sus mayores éxitos, es decir, en todo lo que debió haber logrado en los once años en los cuales ha gobernado, con el caudal de recursos más inmenso que cualquier otro gobierno haya tenido en nuestra historia republicana. Como en conciencia a lo mejor no podrían por lo escaso o inexistente de los supuestos logros, se basan más bien en atacar a los opositores, no por sus argumentos en sí, sino por lo que representan como miembros estereotipados de la sociedad.
Nuestros admirados escribientes son algunos, otros no tanto, maestros en el arte de la sátira y de la falacia ad hominem, y en verdad utilizan magistralmente éstas y otras técnicas de su profesión de “controladores de daños” para buscar hacer revolcar los argumentos enemigos bajo el peso de sus posibles contradicciones, de sus fallas argumentativas o de sus cuestionables pasados históricos, que siempre abundan en peripecias éticas de dudosa moralidad. De este modo, si alguien defiende la posición de la Iglesia en contra del comunismo y a favor de la democracia, no olvidemos sus riquezas mal habidas, sus prácticas de protección a los sacerdotes homosexuales, el silencio de Pio XII ante los crímenes del nazismo, etc. De igual manera si fulano se queja del auge de la delincuencia estos últimos años, recordemos las matanzas del Caracazo, de El Amparo y tantas otras fechas negras de nuestro pasado “en democracia”. En fin, para tapar cualquier otro reclamo generalizado contra el Comandante, siempre habrá algo en el pasado de nuestro país o del imperio que se podrá sacar de la basura para tratar de revertir el peso de la inocultable prueba presentada.
Estos abogados del diablo de viejo cuño nunca rebatirán el argumento que se les presente a la mano, sobre el acontecer nacional. ¿Cómo hacerlo? Es una tarea imposible. La realidad no miente. Las cifras apabullan: 20.000 muertos al año producto de la delincuencia, las cárceles llenas de presos sin condena; miles de millones de toneladas de alimentos perdidos por la negligencia y la ambición de lucro de tantos funcionarios de diversos rangos; la educación primaria y secundaria en la carraplana, las epidemias tomando vuelo, los hospitales en emergencia continua; la crisis de la electricidad, la escasez de todo, desde comida hasta repuestos para vehículos. El acoso a las universidades autónomas, buscando inútilmente intervenirlas; el aún no desmentido supuesto apoyo a los grupos guerrilleros, los informes de diversos entes internacionales de defensa de los derechos humanos, la regaladera de dinero a otros países, etcétera, etcétera, etcétera.
Así que por lo que valga, mis respetos a estos ciudadanos. Deben ser todos unos patriotas, comprometidos con sus ideales. El gobierno nacional realmente debería pensar en condecorarlos, no sólo por la creatividad a la cual deben recurrir constantemente para diluir esos denodados “infundios” de la prensa internacional y la nacional vendida al Tío Sam, no sólo por tener que ocultar sus escrúpulos y su capacidad de raciocinio para analizar la realidad, no sólo todo por tener que vivir con la nariz tapada para no marearse con los malos olores de las cúpulas del poder, sino más que todo por tener ellos mismos que aguantar, estoicamente, a lo mejor por principios, a tanto “revolucionario” inepto e ignorante que nos desgobierna a todos.
victorortega46@cantv.net


El Universal 
Opinión
13-09-2010

Imagen: Edward Burra/Construction, circa 1950

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